Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. (Gn. 1:11-12). Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. (Mt. 7:17-18). Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después. (Lc. 13:6-9).
Para iniciar esta enseñanza quiesiera establecer algunas definiciones con sus aplicaciones: A. Árbol: Planta de tronco leñoso y elevado que se abre en ramas a cierta atura del suelo, y cuyas hojas forman una copa de aspecto característico para cada especie. B. Fruto: Producto del desarrollo fecundado de una flor en que están contenidas las semillas, y que está formado por envolturas pectorales de diversos tipos. Producto o resultado obtenido. C. Semilla: Parte del fruto de los vegetales que contiene el embrión de una futura planta. También, lo que es la causa u origen de algo.
Desde el inicio de la creación, Dios ordenó: 1. Que la tierra produjera árbol de fruto, 2. Que diera fruto, y 3. Que su semilla estuviera en el fruto (Gn. 1:11). De manera que podemos asegurar que es la voluntad de Dios que existan los arboles, pero con una función principal: Dar frutos. Sin los frutos, el árbol deja su razón principal de ser o de existir. Veamos entonces:
- El Árbol: (El hombre) Está compuesto por: 1. Sus raíces: Que es prácticamente la parte invisible del árbol, constituye la parte que penetra en el suelo y su función es fundamental en la alimentación del árbol, ya qe absorben el agua y los nutrientes minerales desde bajo tierra y que a la vez anclan (sostienen) al árbol en su lugar. La aplicación correcta de estas raíces en la vida el hombre seria su alma y su espíritu que son las partes invisibles pero las más importantes en el ser humano. 2. Su tronco: Constituye la parte más física y visible del árbol y desempeña funciones como la de sotén, conducción y almacenamiento de nutrientes de reserva. Esta parte representa en la vida del hombre al cuerpo. 3. Su copa, rama, flores y frutos: Todo esto habla del funcionamiento del árbol. Esto representa los hechos del hombre. Ahora, tenemos que partir de la premisa que todo árbol es plantado realmente, es decir, que no depende de sí mismo y que su estado inicial es de planta, por lo que necesita desarrollo (crecimiento) que obtiene por medio del agua y nutrientes minerales; de la misma forma el árbol del hombre necesita desarrollo por medio de la palabra de Dios, la congregación, la oración, etc. La fe necesita crecimiento. A todo esto añadiré que el árbol puede ser: a. Bueno o b. Malo.
- Su clasificación depende del fruto. La biblia dice que todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. ¿Alguien entiende lo que quiero decir? Primero el árbol debe crecer, luego debe dar frutos y estos deben ser buenos. Hay que entender que: a. Hay árboles sin fruto, b. Hay árboles con malos frutos y c. Hay árboles de buen fruto. Entonces, el árbol se conoce es por su fruto. (Mt. 12:33). Los inconversos son los arboles sin frutos, los malos creyentes son arboles con malos frutos y los buenos creyentes son los arboles con buen fruto.
- Los Frutos: (los hechos). Si el árbol habla del hombre, los frutos hablan de sus obras o sus hechos. Es el resultado de un proceso. Serán buenos o malos, no hay frutos regulares y repito, estos dependen del árbol. Estos pueden ser: a. Frutos dignos de arrepentimiento: (Hch. 3:8; Lc. 3:8). Esto es el resultado del arrepentimiento, el hombre (o mujer) tendrá un cambio en la forma de pensar, hablar y sobre todo actuar. Es la determinación a la santificación. Es corregir el mal haciendo el bien. b. El fruto del espíritu: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gal. 5:22-23). Porque el fruto del espíritu es en toda bondad, justicia y verdad (Ef. 5:9). El fruto del espíritu es la evidencia de que el creyente está controlado por el Espíritu Santo, y se ve en las actitudes transformadas. Porque no se puede hablar del fruto que Dios quiere, sin hablar de la influencia del Espíritu Santo en el hombre. Los frutos dignos de arrepentimiento se refieren al aspecto moral y emocional; el fruto del espíritu se refiere al área espiritual y también afecta el aspecto emocional. c. Frutos de agradecimiento: Es el fruto que produce el hombre producto de la consciencia de su deber y en gratitud por la gracia de Dios. Este fruto habla del servicio que todo cristiano debe brindar a Dios. Es servir al Señor por amor sin esperar recibir nada a cambio. Es trabajar para el reino de Dios. Es discipular, evangelizar, predicar, servir en el templo, visitar cárceles y hospitales, repartir un tratado para Jesucristo. (Mr. 15:41). El fruto es un producto del cual disfrutan y se benefician los demás, es decir, que bendice a los hombres.
- Su Utilidad: Si el árbol no da buen fruto, pierde su verdadera razón de ser. En la parábola de la higuera estéril, Lucas lo describe claramente (Lc. 13:6-9). El hombre que plantó la viña fue a buscar fruto en ella y no lo halló. Puedo asegurar que Dios buscará frutos en nuestras vidas en algún momento. El hombre tenía tres años de estar buscando frutos de la higuera y nada; por lo que le dijo: Córtala. Sin frutos el árbol no tiene utilidad real. Sin frutos el árbol estorba. Eso es exactamente lo que ocurre en la vida del creyente que no da frutos; estorba, es una carga, un obstáculo o una figura decorativa. Lo hermoso de esta parábola es la intervención del viñador que le dijo al hombre: Señor déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone.Y si diere fruto bien; y si no la cortarás después (Lc. 13: 8-9). Eso es exactamente lo que Jesucristo está haciendo en nuestras vidas: a. Cavando: Limpiando y santificando, y b. Abonando: Preparando, enseñando y hablando.
Amado Hermano: Antes de concluir con esta lección quisiera que cada uno se autoanalizara con la siguiente pregunta: ¿Su vida cristiana está dando frutos? ¿Son buenos frutos? Si no tiene la respuesta, o su respuesta es negativa, le exhorto a hacer un alto, a cambiar su estilo de vida y a dar frutos para Dios. El cristianismo es un estilo de vida que exige que vivamos diferentes al mundo dando frutos: a. Amando a Dios, b. Viviendo para Él, c. Sirviéndole. No sea usted de los arboles que estorban (no dan frutos), sino de los que son útiles y beneficiosos para la humanidad (los que dan buen fruto), ya sea en lo moral, lo físico, lo espiritual y lo social. El propósito del árbol es el buen fruto, y cuando esto se cumple Dios nos limpia para que llevemos mas fruto (Jn. 15: 2). Sin frutos se está fuera de la voluntad de Dios, destinados a ser cortados para luego ser quemados; presentemos pues al Señor nuestros frutos, siendo arboles buenos, de manera que beneficiemos a la sociedad y por ende a la humanidad. Haz un discípulo y muéstrale al Señor que eres un árbol fructífero, que eres un Conquistador, que cumples con el propósito de Dios en tu vida, y que eres bendición.
Dios le bendiga.