El Trigo y la Cizaña

Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo;pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue.Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” (Mt. 13. 24-30)

Hoy analizaremos algunas de las verdades que se encuentran plasmadas en “el trigo y la cizaña”. Ahora, veamos el significado de  algunas cosas, según lo explicado por el Señor en Mt. 13. 36-43.

El que siembra la buena semilla: 1. Es el hijo del Hombre (Jesús), 2. El campo: Es el mundo, 3. La buena semilla son los hijos del reino, 4. La Cizaña: Son los hijos del malo, 5. El enemigo que la sembró: Es el diablo, 6. La siega: Es el fin del siglo, 7. Los segadores: Son los ángeles. Analicemos la parábola:

  1. La Buena Semilla: No es cualquier semilla, es buena para dar frutos en cualquier campo. Es: A. La palabra de Dios, no adulterada, que bendice a toda persona en todo lugar. Al ser buena semilla, los frutos deben ser buenos. (Libres de contaminación,  sin levadura). B. Son los hijos del reino (los cristianos), en medio de este mundo pecador, que tienen la capacidad para producir cambios positivos (frutos). La semilla debe ser sembrada (utilizada) para producir frutos y más semillas. Es el trigo que es bueno, útil, fructífero y diferente a la cizaña.
  2. El Enemigo: Es enemigo del hijo del hombre (Jesús), del campo (el mundo), y de la buena semilla (los hijos del reino). Observe que su aparición (la del enemigo) se da mientras dormían los hombres. Aquí hay una lección importante: Es que nuestro enemigo saca ventajas sobre nosotros cuando dormimos (nos descuidamos). Es increíble observar que el enemigo sembró (plantó) cizaña entre el trigo. Al igual que el hombre sembró; así también el enemigo sembró. ¿Cuál es el propósito de sembrar esta cizaña entre el trigo?Son varios: a. Dividir el Trigo, b. Impedir su normal desarrollo, c. Arrancar (matar) al trigo. d. Confundir. De este pasaje podemos aprender, que no todos los que están en la iglesia son buenos. Todos los que participan de la iglesia no son hijos de Dios; dentro de la iglesia, también hay hijos del maligno, que él envía para confundir, destruir y arrancar a los cristianos de la fe. Es algo preocupante observar que el trigo da frutos (se desarrolla), y la  cizaña también. El problema del trigo y la cizaña es que se parecen mucho al principio (antes que se desarrollen) y se tienden a confundir hasta el momento de dar frutos.  Ahora, ¿Cómo podemos distinguir cuál o quién es trigo? Por sus frutos. Los frutos de la cizaña son venenosos (malos), mientras que los del trigo son buenos y provechosos para el hombre. En lo espiritual, algunos frutos del trigo (hijos de Dios) son: 1. La oración: Inmediatamente se tiene  la salvación, tendremos una comunión permanente con nuestro Dios. Todo cristiano verdadero, será un creyente de oración. La oración es un fruto del creyente que es según el trigo. 2. La santidad: Como hijos del reino de Dios, procuremos ser santos, esto es vivir separados o apartados del mundo y del pecado, para Dios. 3. El servicio: Recuerde que la semilla fue sembrada en el campo. Cuando se es semilla (creyente) se trabaja en el campo (mundo). No existen hijos de Dios que no sirvan a Dios. De la misma manera en que la semilla va a producir en el campo; así los creyentes producirán otros creyentes en el mundo. En la misma forma en que la hierba creció y dio fruto (se multiplico), así debemos crecer espiritualmente y multiplicarnos en el mundo (alcanzar almas para Jesucristo) 4. El amor: El Señor Jesús señaló claramente este aspecto como muestra de trigo cuando dijo: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros (Jn 13:35). 5. La unidad: Esta es otra señal dada por Cristo como muestra de quienes son sus hijos (Jn. 17.11). Esta unidad se practicará: a. En el Templo: los hijos de Dios se congregan juntos para alabar, adorar, orar y recibir la palabra. b. En el servicio: Los hijos de Dios se unen para ser sus testigos en este mundo y alcanzar las almas mediante la enseñanza de su Palabra. La Cizaña: Al igual que el trigo, la cizaña también tiene frutos, y en lo espiritual podemos aplicar: 1. La desobediencia: Cualquier cosa es oportuna para no obedecer a la Palabra de Dios dada a través de sus siervos. Evitan la oración y procuran mantenerse lejos de la congregación (para eso inventan excusas como: el cansancio, la pereza, el sueño, la TV, la familia, las conversaciones, el empleo, etc.). Sencillamente estan inclinados a la rebeldía. 2. El pecado: y no me refiero precisamente a la fornicación o al adulterio solamente. Me refiero a la murmuración que persigue la división, la mentira, envidia, avaricia, la enemistad, etc. 3. La vagancia: Generalmente los que son de la cizaña tienen la tendencia a no hacer nada para el reino de Dios, ya que su misión no es construir, sino destruir; no es multiplicar, es restar y estorbar;  no es unir, sino dividir. Son las personas de siempre que se quejan por todo y no hacen nada. Que lástima que tengan que crecer junto al trigo (estar con nosotros).
  3. La siega: Hoy mas que nunca tenemos que pensar en la siega (el fin del siglo o del mundo). Cuando hacemos un análisis general sobre lo que ocurre en el mundo, los acontecimientos y las señales apuntan a una verdad absoluta: Jesucristo viene otra vez. Las apariciones de falsos cristos y falsos profetas, las guerras y los rumores de guerras (Ucrania, Israel, Afganistán, Irak, Siria, etc.), las pestes (La Covid-19), hambres y terremotos en diferentes lugares; confirman lo dicho por el Señor Jesús en el capítulo 24 de Mateo. El tiempo de la siega (la cosecha) es el tiempo del fin. Creo con todo mi corazón que estamos viviendo los últimos días de este mundo. Es por este motivo que la iglesia del Señor debe estar preparada y trabajar para alcanzar la mayor cantidad de almas posibles para Jesús. Lo importante es ver el destino eterno tanto del trigo, como la cizaña: a. El de la cizaña: Será atada en manojos para quemarla (su destino es el fuego eterno), b. El del trigo: Será puesto en el granero, el cielo, donde hay muchos granos (fieles creyentes), es la vida eterna en Cristo Jesús.

Amado Hermano: Dios nos enseña en esta parábola sobre la realidad de la semilla (usted) y la cizaña (los hijos del malo) en el campo (el mundo). Otra vez tengo que subrayar la necesidad de dar frutos en nuestras vidas. Procuremos estar bien despiertos y así evitar que el enemigo siembre cizaña en nuestras vidas, familias, o en la congregación. Atendamos a la voz de Dios (obedezcamos) y volvamos  a hacer de la oración una prioridad en nuestras vidas, y ser fieles en la congregación (la casa de Dios), como una práctica continua en nuestras vidas. Levante su altar familiar en casa, por lo menos dos veces a la semana, y no descuide su oración personal. Practiquemos la santidad total en nuestras vidas. Seamos fieles a Dios en todo (en nuestra oración diaria, nuestra congregación al templo, los diezmos y ofrendas, servicio, etc.). Recordemos que sin santidad nadie verá al Señor (He. 12.14). Sirvamos a nuestro Dios de todo corazón, comparta (también en sus Redes Sociales) con otros (haga un discípulo), participe de grupos familiares (como anfitrión, líder o colaborador), evangelice, visite enfermos en los hospitales; en fin, sea útil (fructífero) en este mundo, haga algo para Dios. No ignoremos las señales; tenga esto bien presente en su vida: Cristo viene ya. No juegues a la religión y prepárate. Defínase: o es trigo, o es cizaña. Esta parábola representa el estado presente y futuro de la Iglesia de Jesucristo. El cuidado de Cristo por ella, la enemistad del diablo contra ella, la mezcla de los buenos y los malos en este mundo, y la separación entre ellos en el otro mundo. Esta parábola es un ejemplo de lo que ocurre en la actualidad, y lo que sucederá más adelante. Si es trigo, sea fiel a Dios (en la oración, congregación diezmos y ofrendas, y la santidad), de buen testimonio, sírvale de todo corazón, y guárdese de la cizaña o de los cizañosos (hijos del diablo que simulan ser cristianos). El que tenga oído para oír, oiga.
Dios le bendiga.

Rev. Leonardo Bailey

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