Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mt. 28:18-20)
Discípulos: (Del latín discípulus, y significa “alumno, o aprendiz”, que corresponde al griego matheles, que a la vez significa aprender). Un discípulo es básicamente el alumno de un maestro. El significado general de la palabra en griego es “pupilo” o “alumno”. Un Discípulo es un suplente o aprendiz que estudia bajo la guía de un profesor. Moisés tuvo discípulos (Jn. 9:28), también Juan el bautista (Mr 2:18) y aún los fariseos (Mt 22:16). Discípulo es uno que acepta el punto de vista de su profesor y que es su partidario en creencia y en práctica. En el Nuevo Testamento, la palabra “discípulo” tiene un significado especial y otro general. El grupo especial de doce apóstoles fue llamado discípulos de Cristo (Mt. 10:1, 11:1). Estos, eran los que estaban cerca de Él y se les asignó una tarea especial (Hch. 1:15-22). Sin embargo, el nombre “discípulo” es dado más comúnmente a todos los seguidores de Cristo. La palabra aparece solamente en los evangelios y en Hechos, y se refiere a aquellos que seguían las enseñanzas de Cristo. Fue en Antioquia donde los discípulos de Jesús fueron llamados cristianos por primera vez (Hch. 11:26). Claramente se ve que los creyentes: eran aprendices en la escuela de Cristo (Mt. 11:28-30); ellos a su vez deberían hacer otros discípulos (Mt: 28:19); y sus vidas debía ser de sacrificios (Lc. 14:26). Un discípulo de Jesús es uno que “cree en sus doctrinas, confía en su sacrificios, se empapa de su Espíritu e imita su ejemplo”. El discipulado se basaba en un llamamiento de Jesús y comprendía la lealtad personal a Él, expresaba otorgarle absoluta fidelidad, y de seguirlo en todo momento y servirle (Mr. 8:34-38). La fe en Jesús y la fidelidad hacia Él, son las condiciones que han de determinar la suerte de los hombres en el juicio final (Lc.12:8). Examinemos lo que muchos llaman la gran comisión: a. Id, b. Haced discípulos, c. Bautizándolos, d. Enseñándoles. Veamos:
- Id: Es una orden de Jesús, no una sugerencia ni una petición, sino una orden que demanda obediencia; la de ir a las almas. Id, implica salir, buscar, hacer. El id de Jesús, es una orden para la iglesia de todos los tiempos. No hay que conformarse ni esperar que las almas vengan a Jesús, sino salir a buscar esas almas y traerlas a los pies del Señor. Id, es una orden para discípulos de Cristo, para los verdaderos creyentes que aman, viven, y quieren agradar a su Señor. Para ir, hay que salir del lugar donde estamos (comodidad, indiferencia, distracción u ocupación), para llegar a un nuevo sitio donde encontramos y compartimos con diferentes personas que antes no conocíamos.
- Haced discípulos: Discipular es más que lograr que alguien repita una oración, es más que traerlos a la iglesia, es dedicar un tiempo a una o a un grupo de personas, para instruirlos e inculcarles la Palabra de Dios, hasta que estos a su vez, sean capaces de discipular a otros. La acción de discipular, involucra primero la evangelización (difusión del Evangelio de Jesucristo), y luego el seguimiento, mediante visitas, llamadas telefónicas, chats, exhortaciones y enseñanzas que ayudan a la persona a fortalecer su fe en Dios, además de abrir sus ojos al conocimiento de la Palabra de Dios. El proceso de “hacer discípulos” fue instituido por el Señor como una forma de propagación y multiplicación de los creyentes para así alcanzar al mundo en forma eficaz. La forma de crecimiento más efectiva que tiene la iglesia del Señor, es el discipulado activo. El hacer discípulos no solo habla de enseñanzas, sino también de trabajo, esfuerzos y amor hacia las almas perdidas. A diferencia de la evangelización, el discipulado es mucho más: no solo es invitar, sino integrar a los nuevos creyentes al cuerpo de Cristo. Ahora, para hacer discípulos se requiere de algunos requisitos: 1. Ser salvo: (ser discípulo, aprender de otro). 2. Preparación: Insisto en que, lo que ofrecemos en la Escuela dominical, los seminarios de liderazgo, las enseñanzas de los boletines dominicales, y las enseñanzas los martes; son herramientas útiles y necesarias para enseñar con efectividad. 3. Buen Testimonio: No solo se discípula con palabras, también hay que hacerlo con nuestro diario vivir. 4. Amor a las Almas: Es la carga que Dios pone en el corazón que nos hace orar, llorar, buscar y trabajar por las almas. 5. Compromiso: (con Dios), es la responsabilidad de servir al Señor con la consciencia de que lo hacemos para Él, eliminando todo tipo de excusas y agradando a Dios. Pida a Dios que ponga el amor en su corazón por almas y que le conceda el privilegio de discipular aunque sea a una persona este año. No te limites, tu puedes hacerlo, la Biblia dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13). Sino puedes salir a evangelizar los sábados, puedes formar u organizar a un grupo de vecinos o amigos en tu casa, para compartir con ellos la palabra de Dios, por los menos una vez a la semana, con una hora de duración (la iglesia tiene líderes dispuestos a ayudarte).
- Bautizándoles: El Señor dijo: El que creyere y fuere bautizado será salvo; más el que no creyere será condenado (Mr. 16:16); Hechos 2:41 dice: Así que los que recibieron su palabra fueron bautizados… una de las señales de estar formando un verdadero discípulo, es el bautismo de este. Generalmente cuando alguien se entrega a Jesús de corazón, su deseo inmediato es el bautismo en agua, y aunque este sacramento no salva; es necesario por cuanto Jesús lo ordenó.
- Enseñándoles: La base del discipulado no es el evangelismo, sino la enseñanza. El Señor dijo en su palabra: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Oseas 4:6). No hay conocimiento de Dios en el mundo, y la iglesia de Jesucristo es la única entidad autorizada y calificada para instruir a las personas en la voluntad de Dios. Cuando la iglesia no cumple esta función (enseñar), le da paso a falsas enseñanzas o falsas doctrinas (como testigo de Jehová, adventismo, mormones, etc.). La Biblia registra un acontecimiento que explica la importancia de la enseñanza: Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías. Y el Espírito dijo a Felipe: Acércate y júntate a su carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿Entiendes lo que lees? Él dijo ¿Cómo podré si alguno no me enseñare? Y rogo a Felipe que subiese y se sentara con él… Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua, ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo, si crees de todo tu corazón, bien puedes. Y respondiendo dijo: Creo que Jesucristo es el hijo de Dios. Y mandó a parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. (Hch. 8:26-28). Observemos lo siguiente: 1. Este funcionario (el etíope) iba a Jerusalén a adorar. En otras palabras, era un religioso devoto; creía en Dios, pero creía mal. 2. Leía la Biblia (libro de Isaías) pero no lo entendía. Necesitaba a alguien para instruirle, para guiarle correctamente, para enseñarle. 3. Dios está interesado en ese hombre de África y envía a Felipe a orientarlo. 4. La enseñanza de Felipe produce frutos: a. El funcionario cree y acepta a Jesús y b. Se bautiza (Cambia de aspecto frívolo y religioso para abrazar la fe genuina en Jesucristo). Ahora pregunto, ¿Cuantos religiosos están esperando a un Felipe para aprender la palabra de Dios? ¿Cuántas personas serán como Felipe, que estuvo dispuesto de servir a Dios y enseñar a alguien que no conocía? Es triste tener que reconocer que a pesar de las enseñanzas que Dios nos da en esta iglesia, y la orden de hacer dicípulos; la mayoría de los miembros no han mostrado interés hacia el discipulado. Es triste observar que muy pocos hermanos participan del programa que Dios dio a esta iglesia (Mi Discípulo), y mas triste es ver que, aun maestros y líderes no se han ingresado a la visión que Dios tiene para la salvación de muchas almas (el discipulado). No obstante, y a pesar de la indiferencia de muchos, yo como pastor de esta congragación seguiré enseñando la voluntad de Dios para su pueblo: EL DISCIPULADO; para que no seamos una iglesia estéril, sin frutos, vacía; y nos convirtamos en una iglesia poderosa que guía e ilumina al mundo, alcanzando las almas para nuestro querido Jesús.
En conclusión: La gran comisión: Id, Haced Discípulos, Bautizándolos y Enseñándoles; no es un capricho de un pastor o de una iglesia, sino una orden directa de Jesucristo para todos sus seguidores (los cristianos) en el mundo. Muchas personas se encuentran hoy en la oscuridad de la ignorancia de Dios. ¿Quieres hacerlo? Alooo. Entonces abre tu boca, no calles, comparte con otros las buenas nuevas del evangelio.
Dios le Bendiga.