“No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales… Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere…” (1 Cor. 12:1-13).
En la lección de hoy, quisiera aclarar que esta nota no es una opinión pastoral, sino mas bien una enseñanza doctrinal, con la intención de que cada creyente aprenda y aplique los principios bíblicos y los dones espirituales aquí expuestos. También diré que estos nueve dones no son los únicos que aparecen en la Biblia, pero son los que trataremos hoy. Veamos:
Don: Regalo, dádiva o bienes naturales o sobrenaturales. Los dones espirituales son regalos especiales que otorga el Espíritu de Dios en forma individual al creyente, y los da para el bien de la comunidad de la fe, en este caso, la iglesia. De manera que los dones del Espíritu, son habilidades y dotaciones que llegan a uno por el trabajo intenso del Espíritu Santo. Dones (Charisma) viene de la de la misma raíz que la palabra cristiana gracia (Charis). La idea es la de algo concedido. En este sentido todos los cristianos reciben dones de Dios, puesto que el amor, la gracia y la totalidad de la vida cristiana son dados al hombre. Los dones espirituales no deben ser confundidos con las habilidades naturales o talentos naturales que tenga el hombre. Cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos en el día de Pentecostés, fueron todos bautizados con el Espíritu Santo (Hch. 2:1-4). Era el cumplimiento de la promesa del Padre (Joel 2:28-29). Es hasta que desciende el Espíritu Santo sobre la iglesia que empiezan a funcionar los nueve dones espirituales. El apóstol Pablo le escribe a la iglesia de Corinto, porque esta (la iglesia) estaba bajo la influencia de espíritus falsos. Adoraban a ídolos mudos y hasta llegaban a maldecir a Jesús. Esos Corintios, eran unos convertidos recientes al cristianismo, “con sus ideas de la moralidad cristiana” solo imperfectamente formadas, además de su poco conocimiento doctrinal, ya que las Escrituras antiguas y el Nuevo Testamento no estaban escritas totalmente aún; por ello no es extraño que los corintios fueran ignorantes espirituales. Por esta razón el apóstol les escribe haciendo énfasis en que ningún hombre que hable por el Espíritu Santo puede inducir a otros a adorar a ídolos o a menospreciar a Jesús o hablar mal de Cristo. Por el contrario, el Espíritu siempre conducirá a las personas a confesar a Jesús como Señor. Por si esto fuera poco, muchos creyentes deseaban trabajar a favor de las almas confiando en métodos que apelan a los sentidos tales como la elocuencia, la emotividad, la música, etc. Pero el apóstol nos enseña que es Dios el que “hace todas las cosas en todos” (vs6).
En Corinto toda la idea de los dones del Espíritu se había degenerado. Como consecuencia natural, “aquellos dones que eran mas altamente honrados, no eran los mas útiles, sino los mas asombrosos. Entre estos el don de lenguas tenia la preeminencia, siendo considerado en si mismo como la suma expresión de la nueva vida espiritual.” La mayoría de los dones enumerados por Pablo en el capitulo 12 eran ignorados. El que se enfatizaba por sobre todos era el de hablar en lenguas. El interés parecía estar centrado en la adquisición de poder para hacer cosas milagrosas y para producir el asombro de las mentes no cristianas. Se explotaba el Espíritu Santo para fines sensacionales. “Su recepción y función santificadora parecía haber sido relegada a último plano. Por esto el apóstol Pablo tiene que escribir para denunciar las falsas doctrinas, para ordenar a la iglesia y para enseñar sobre los dones espirituales. Los diversos dones son todos dados por el Espíritu, lo cual indica que son todos útiles e importantes. Son concedidos al hombre según la soberana voluntad de Dios, y no según los deseos, habilidades o caprichos del hombre. Los versículos 8-10 presentan la lista de los nueve dones Veamos:
- La Palabra de Sabiduría: La Biblia no dice “a este le es dada sabiduría” sino palabra de sabiduría. Esto nos muestra que las personas que poseen este don no necesariamente poseen la sabiduría, sino que en determinado momento , el Espíritu Santo habla por medio de una persona ignorante o simple. Esta sabiduría nos otorga ciertos hachos e información por vía de la revelación divina (el Espíritu Santo). Tal información era previamente desconocida para la persona que lo habla, y el conocimiento no pudo ser recibido por ningún medio natural. Es impartida sobrenaturalmente. Entonces la palabra de sabiduría es el poder sobrenatural para hablar con perspicacia Divina, sea para la solución de problemas difíciles, para la defensa de la fe, para dar consejos prácticos o para defender la propia causa ante autoridades hostiles.
- Palabra de Ciencia: o “Palabra de Conocimiento esotérico” , es decir, oculto, reservado o secreto, lo que es de difícil acceso para la mente. Esta palabra de sabiduría es el poder que concede el Espíritu Santo para comunicar una información que ha sido divinamente revelada. Este es un don de revelación y a menudo es otorgado cuando se esta aconsejando, predicando o profetizando. Este don se puede conjugar o asociar a la palabra de sabiduría, la profecía o el discernimiento de espíritus. De manera que la palabra de ciencia es: La revelación extraordinaria de Dios de hechos o circunstancias de la vida que no podían conocerse de otra manera. (Ej. Ananías con Pablo, Pedro con Ananías y Zafira, etc.).
- Fe: El don de fe es la capacidad divina de remover montañas de dificultades al llevar a cabo la voluntad de Dios y de hacer grandes hazañas por Dios en respuesta a algún mandamiento o promesa de Dios. Con el término fe, aquí el apóstol quiere decir “una fe que tiene resultados visibles, o una fe que lo capacita a uno para realizar grandes cosas, este don se puede asociar con el don de milagros y los dones de sabiduría.
- Dones de Sanidades: No dice “don de sanidad”, sino dones de sanidades, en plural, dando a entender que existen varios tipos o especialidades, semejante al campo de la medicina. Es el poder de realizar milagros en pro de restaurar la salud del hombre y manifestar así el gran poder de Dios
- Milagros: Este don hace énfasis en el elemento de poder. Podría incluir resucitar muertos, cambiar la materia de una a otra forma y ejercer poder sobre los elementos.
- Profecía: Se recibe revelaciones directas de Dios, y se transmite a la iglesia. Con exhortaciones, advertencias, amonestaciones o consolación. Hay que diferenciarlo del ministerio del profeta, en que su uso es exclusivo para la edificación de la iglesia y que no necesariamente predice eventos futuros, aunque puede ser.
- Discernimiento de Espíritus: Este don nos permite penetrar dentro del reino o esfera espiritual para distinguir entre el espíritu de Satanás (los espíritus del mal), el Espíritu de Dios, y el espíritu humano. Por medio de este don podemos discernir el origen de ciertas acciones, enseñanzas, circunstancias, etc. que se presentan en la vida eclesiástica. Debo advertir que este no es el “don de sospechas”.
- Diversos géneros de lenguas: Este don capacita al creyente para hablar en lenguas extranjeras, anteriormente desconocidas para él, y que expresan una intima conversación con Dios, o de Dios. Se diferencia del que recibe el bautismo del Espíritu Santo, en que el que tiene el don habla a y para la iglesia, mientras el que ha sido bautizado habla exclusivamente a Dios.
- Interpretación de lenguas: Es el poder milagroso de comprender, al que tiene diversos géneros de lenguas, y comunicar su mensaje en lenguaje local. Sin este don, el don de diversos géneros de lenguas no tiene sentido, pues la congregación quedaría sin entendimiento.
Conclusión: El apóstol Pablo dijo: no quiero que ignoréis acerca de los dones espirituales (12:1), señalando a los creyentes la importancia de este tema en la vida de la iglesia. Ignorar los dones y su función equivale a desperdiciar talentos y armas que Dios ha dado a la iglesia; por lo que exhorto a esta congregación a ejercer los dones con fe y libertad que es en Cristo Jesús. Todos y cada uno de los dones, son diferentes, pero igualmente importantes para la edificación del cuerpo de Cristo. Te invito a descubrir (por medio de la oración) qué don te ha dado el Espíritu y a utilizarlo para la gloria de Dios.
Dios les bendiga.