En ocasión de celebrarse hoy, el “día del Padre”, quiero dedicar esta enseñanza a todos sin excluir a nadie.
“Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos”. (Mt. 23:9). El término “Padre” mas que un cargo es un título que se otorga a una persona, y de manera especial a Dios. Si usted es observador, notará que la primera persona de la Trinidad es precisamente El Padre. Este título es usado exclusivamente en el género masculino (varón, hombre, macho). Algunos significados del término padre son: 1. Varón que ha engendrado. 2. Cabeza de una descendencia, familia, raza o pueblo. 3. Creador inventor de alguna cosa. 4. Jefe de familia, etc. Al ser una palabra (Padre) usada exclusivamente en el género masculino, tengo que afirmar que ninguna mujer (aunque lo pretenda) puede hacer las veces de un padre (ser papá). Es falso eso de que hay mujeres que son madre y padre. Jesucristo reclamó el título de Padre solo para Dios, y es por eso que utilizaré un sinónimo (papá) para referirme a la persona que ostenta el título y el cargo de “Padre”. Antes de continuar tengo que señalar que:
I. Hay diversos tipos de Padre: a. Padres biológicos: Sencillamente son los que engendran producto de una relación sexual, ya sea dentro o fuera del matrimonio. Puede engendrar voluntariamente o involuntariamente. Sencillamente es aquel que embaraza a una mujer. Ya sea bueno o malo, por lo que hay que considerar que es el instrumento que Dios usa para traer una vida al mundo. b. Padre sustituto: Es como bien lo define su título, un varón que sustituye la función de otro (sea por la irresponsabilidad, desconocimiento, o muerte del primero). Es aquel que decide unir su vida a una mujer que ya tiene hijos, y que acepta la responsabilidad de otra persona como suya. Lega a amar a los hijos, y que acepta la responsabilidad de otra persona como suya. Llega a amar a los hijos de otro hombre como si fueran de él. Es el que sustituye voluntariamente a otra persona y llena su vacío. Algunos son conocidos con el nombre de padrastros. Los huérfanos e hijos abandonados llegan a amarlo como su verdadero padre. c. Padre espiritual: Es el que engendra en el espíritu. El varón que Dios usa para salvar a otra persona. Es la persona que instruye o discípula a otros en la fe. Cumple todas las funciones de un padre físico, pero en el sentido espiritual.
II. La responsabilidad de los padres: El hecho de ser padre es un tremendo privilegio que Dios otorga a muchos varones, pero que viene acompañado por una serie de responsabilidades: 1. Amar a sus hijos: Creo que es la mayor responsabilidad de todo padre. Y lo señalo porque aunque sea difícil decirlo, no todos los padres aman a sus hijos. No solo es amar con palabras, sino también con hechos. No es solo amar interiormente (con el corazón), sino también en el exterior. Manifestar afecto, cariño, ternura. (Aprender a dar un beso o un abrazo a los hijos, o decirlos un “te quiero”). Esta es una responsabilidad de los padres biológicos y los sustitutos. El hecho de que un padre cumpla económicamente con sus hijos no significa que esté cumpliendo bien su roll de padre ante Dios. Todas las personas nacen en este mundo con la necesidad de sentir el afecto paternal. Un padre que no ame y demuestre ese amor a sus hijos, lo afectará emocionalmente, marcando su vida en sentido negativo. Tenemos que abandonar los falsos conceptos del machismo y comenzar a amar y manifestar amor hacia nuestros hijos. Ahora, solo amaremos a nuestros hijos de verdad, cuando entendamos que ellos (los hijos) son una bendición que Dios nos ha dado para que los disfrutemos. La Biblia dice: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos” (sal. 127:3). Ve lo que digo? los hijos nunca son una carga, estorbo, o un fastidio; son herencia (bendición) de Jehová. No los maltrate. Disfrútelos. 2. Dirigir a sus hijos: Otro de los deberes de un padre es el dirigir a sus hijos. En la dirección hay dos aspectos que son determinantes: a. La instrucción: Hablando a los padres la Biblia dice: “Instruye al niño en el camino, y aún cuando fuere viejo no se alejará de él. (Pr. 22:6) La principal instrucción que un padre debe dar a su hijo es guiarlo en el camino de Dios. Esto lo guardará de muchos quebrantos, dolores, sufrimientos, etc. y sobre todo lo conducirá a la vida eterna. Muchos padres se preocupan solo por la instrucción intelectual, que ayudará a su hijo a ser un profesional en el futuro; pero esto no es suficiente, necesitamos padres como Manoa (padre de Sansón) que antes de nacer su hijo le preguntó al Ángel: ¿Cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con el? En otras palabras, le preguntó a Dios: ¿Cómo debía instruir a su hijo? Si todos los padres actuaran bajo este principio de instruir a sus hijos en la voluntad de Dios, los hijos de hoy serían menos pecadores, violentos, drogadictos, homosexuales, etc. Papá, usted no puede delegar la responsabilidad de instruir a sus hijos, a otras personas, o instituciones, como muchos quieren hacer hoy (como guarderías, escuelas e iglesias). Instruir no es mas que enseñar. Enseñe a sus hijos la voluntad de Dios que está en su palabra (la Biblia). 2. La Corrección: En la dirección también está la corrección. Quién dice amar a sus hijos, pero no los corrige, miente. En el amor hay corrección; y en la corrección hay disciplina, castigo, o estorbo. La palabra de Dios dice que: “Quien detiene el castigo, aborrece a su hijo” (Pr. 13:24). En la Biblia al menos dos padres (Elí y David) no corrigieron a sus hijos (no los estorbaron) y estos (los hijos) murieron. Para que sus hijos no mueran, ni sean disciplinados por otros (cárceles, heridas, etc.), corríjalos usted. Si queremos dirigir bien a nuestros hijos debemos instruirlos (enseñarles) y corregirlos. Nuestro Padre celestial que nos ama, dice como nos corrige cuando declara: “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.” (He.12:6) Si Dios que es perfecto nos disciplina y azota para corregirnos: nosotros debemos imitarle y aplicar la corrección en la vida de nuestros hijos para evitar su destrucción. En la corrección hay: a. Azote: La Biblia dice: “Los azotes que hieren son medicina para el malo, Y el castigo purifica el corazón. (Pr.20:30). Los azotes hieren el cuerpo, pero enderezan el alma. La Biblia también dice: La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él. (Pr. 22:15). Vara en la actualidad no es mas que correa. b. Castigo: Pena que se impone al que cometió un delito o una falta. El castigo mas que dolor físico causa molestia, y lleva a la persona a reflexionar sobre su conducta, La figura del padre es y debe ser la de mayor autoridad en casa, y esto (la autoridad) tiene el respaldo de Dios. Ahora, no hay que confundir la corrección con el maltrato. Aún cuando algunas veces debemos azotar a nuestros hijos, hay que tener cuidado de no maltratarlos. 3. Proveer para los hijos: Según Dios, la provisión dentro del hogar recae directamente sobre la figura del padre. Entonces tengo que afirmar que el padre es el principal responsable ante Dios y ante la ley por las necesidades de sus hijos. (Alimentación, estudios, vivienda, vestidos, distracción, etc.) El padre tiene esta responsabilidad ante Dios, aún cuando no este viviendo con los hijos. No puedo entender a algunos padres cristianos que evaden este deber y que solo obligándolos ante la ley (con boletas de citación) lo cumplen. Independientemente de si usted es padre biológico o sustituto; tienes la responsabilidad de proveer a tus hijos. El mejor ejemplo lo vemos en Dios que es nuestro Padre (que nos protege, guía, corrige y provee). La Biblia también dice que el que no provee para su casa es peor que un incrédulo y que ha negado la fe (1Tim.5:8). 4. Protección: El término significa: Defensa que se hace de algo o alguien, para evitar peligro o un perjuicio. El buen padre, no solo ama, corrige y provee, sino que también protege. Son muchos los peligros que asechan a los hijos, y es responsabilidad de los padres garantizar la paz, la integridad personal, la salud, y la vida espiritual de ellos. La protección no solo implica guardar a los hijos de posibles enemigos, también es guardarles de enfermedades, de malas decisiones, de desastres naturales, accidentes, y engaños. Este aspecto (el de la protección) es fundamental para la sobrevivencia de los hijos; por esta razón es importante que: a. La buena comunicación del padre: 1. Con la madre: Ya que muchas veces por estar fuera de casa, el padre desconoce los posibles peligros que rondan a sus hijos; 2. Con los propios hijos: La mayor fuente de información sobre los riesgos que corren los hijos, están en ellos mismos. Por eso es muy importante prestar atención cuando se está conversando con los hijos.
Amado Hermano: Quisiera felicitar a todos los padres en este día, pero a la vez quiero hacer un llamado a la paternidad responsable, es decir que cada cristiano tenga la capacidad para amar a sus hijos (y demostrárselos), dirigirlos, proveer para ellos, y protegerlos; porque es entonces cuando la palabra papá adquiere un verdadero significado. Imitemos a nuestro Padre Celestial, brindando lo mejor para nuestros hijos (ya sean dentro o fuera del matrimonio) y disfrutemos de ellos.
Dios le Bendiga.