Somos un cuerpo

Analizaremos el tema: Somos un cuerpo y para eso tendremos primeramente su definición: a. Cada una de las partes independientes de un mueble, edificio, etc.  b. Conjunto de partes que forman el organismo de los seres vivos; en los mamiferos y muchos otros animales, está formado por: cabeza, tronco (torax y abdomen) y extremidades.  Ahora veamos lo que dice la Biblia: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo” I Co. 12:12.  La palabra de Dios dice: “…Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo y el es su Salvador.  También dice: “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia…” Col. 1:18.  Así que desde el punto de vista bíblico (de Dios) la iglesia es un cuerpo.  Debo destacar la singularidad del cuerpo.  Es uno, no varios cuerpos, la iglesia es repito un solo cuerpo.  El cuerpo humano se compone de cabeza, tronco y extremidades; así la iglesia está formada por: a. Cabeza (es Cristo) b. (El Espíritu Santo) y c. (Los miembros o creyentes).  Ahora la cabeza es una (Cristo) los miembros muchos (cristianos) y el cuerpo uno (la iglesia Ro. 12:12): Si todo esto es verdad tenemos que establecer tres aspectos importantes en el cuerpo o en la iglesia:  1. La ubicación en el cuerpo, 2. La función del cuerpo, 3. La importancia del cuerpo.

  1. La ubicación en el cuerpo: La Biblia establece el orden: a. La Cabeza (Cristo) y b. Los miembros (los cristianos). Creo que nadie discute la ubicación e importancia de la cabeza, que es figura primordial (la más importante)  del cuerpo.  Todo cuerpo está formado por miembros, que tienen diferentes nombres, formas, tamaños, funciones y ubicaciones. En los seres humanos hay miembros o partes externas del cuerpo (orejas, dedos, manos, pies, etc.);  pero también hay miembros internos (corazón, riñón, páncreas, hígado, etc.) los cuales son todos importantes para el buen funcionamiento del cuerpo.  Igualmente en el cuerpo de Cristo tenemos miembros o partes visibles o externos (que se ven) como lo son: apóstoles,  profetas, evangelistas, pastores y maestros (Ef. 4:11); pero, también hay miembros o partes internas que no se ven a simple vista, como lo son: los sacerdotes (los que oran), músicos, los que hacen discípulos, líderes de células, los que sirven, los que enseñan, exhortan o reparten (Rom. 12:6-8), etc.  Si analizamos la división general del cuerpo del ser humano observaremos que todas las partes tienen diferentes nombres; así también funciona en el cuerpo de Cristo, que tiene partes con nombres diferentes como lo son: Asambleas de Dios, Iglesias de Dios, Bautistas, Cuadrangulares, Iglesias del Movimiento Misionero Mundial, Iglesias Independientes, etc. Cada una  de estas con sus subdivisiones (estas son los nombres individuales de cada iglesia de estos organismos).

 El buen desempeño de cada uno de los miembros depende de su ubicación exacta.  La Biblia dice sobre esto: “Si dijere el pie: porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿Por eso no será del cuerpo?  Y si digiere la oreja: ¿Por qué no soy ojo, no soy del cuerpo, por eso no será del cuerpo?  Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿Dónde estaría el oído?  si todo fuese oído ¿Dónde estaría el olfato?  Mas ahora, Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo como él quiso.  Porque si todos fueran un solo miembro, ¿Dónde estaría el cuerpo?  Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.  Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies:  No tengo necesidad de vosotros.  Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y aquellos del cuerpo que parecen  menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos no tienen necesidad; pero Dios ordeno el cuerpo, dando más abundante honor a lo que faltaba, para que no hay desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 

De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si u miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.  Vosotros, pues, sois del cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.  Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego lo que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. 1 cor. 12:15-28.

Que tremenda enseñanza nos hace el Apóstol Pablo, sobre la ubicación en el cuerpo. Una de las cosas que más me llama la atención, es que fue Dios quien colocó a cada uno de los miembros en el cuerpo, como El quiso (v.18).  No son los miembros, los que se ubican en el cuerpo, es Dios quién da la ubicación. Y también llama la atención que todos los miembros tienen necesidad entre ellos. Entonces, puedo asegurar que en el cuerpo de Cristo, yo necesito de usted y usted necesita de mí.

Para que todos los miembros, funcionen bien en el cuerpo, deben estar bien ubicados, porque aunque los miembros estuviesen en el mismo cuerpo pero en ubicaciones equivocadas estos miembros no funcionarian bien, se deteriorarian, y no cumplirian el propósito para lo cual estan en el cuerpo.  De aquí podemos aprender que aunque todos nosotros somos miembros del cuerpo de Cristo, necesitamos estar bien colocados (donde Dios quiere) dentro del cuerpo para poder producir frutos y estar en bendición.  Dicho de otra manera, nuestra bendición depende de que estemos en el lugar donde Dios nos quiere y no donde nosotros queremos estar o nos sintamos bien.

II La función en el cuerpo: Cada miembro tiene su función en el cuerpo, y cada función es importante. La función general de todos los miembros es el desarrollo y buen funcionamiento del cuerpo.  Ahora, todos los miembros son importantes para el cuerpo. Importantes y necesarios. Ningún miembro sobra en el cuerpo. Así como para el cuerpo humano es necesario el pie, la mano, el ojo, oído, corazón etc.; para el cuerpo de Cristo (La iglesia) son necesarios los pastores, maestros, músicos, líderes, así como los ujieres, jóvenes, niños, ancianos etc. No podemos decir que no necesitamos alguno, ya que tenemos necesidad de todos. Pero es necesario que todos funcionen y trabajen en unidad y armonía. La función de cada uno de los miembros en el cuerpo es obedecer las órdenes de la cabeza. Es decir, de nuestra cabeza que es Cristo.

III La importancia del cuerpo: Otra vez: La importancia del cuerpo depende de los miembros. En otras palabras: La importancia de esta congregación radica en usted. En que pueda tener claro el concepto de cuerpo y funcionar como tal: Como cuerpo y no como miembros aislados e independientes.  Lamentablemente algunos miembros (cristianos) piensan que no necesitan del resto y que pueden sobrevivir solos (Que grave error).  Esta Iglesia será tan importante como todos los miembros lo sientan y lo hagan importante, dicho de otra forma,cada uno decidirá la importancia que esta iglesia tenga en sus vidas. En el capítulo IV de la carta a los Efesios Pablo señala lo siguiente:  “Y el mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe, y del conocimiento del hijo de Dios, aun varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina…sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre si por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.  Ef. 4:11-16.  Así que en la importancia del cuerpo está: a. El perfeccionamiento de los santos b. La edificación del propio cuerpo c. La unidad de la ley el conocimiento d. Llegar a la estatura de un varón (o mujer) perfecto  e. Crecer en todo.

Conclusión: Aunque este escrito parezca un poco complejo, la verdad es que es muy sencillo.  La enseñanza principal es esta:   Tenemos que aprender a pensar y actuar como un cuerpo (en unidad).  No debemos seguir actuando o viviendo egoístamente o unilateralmente. La Iglesia no es solo el pastor, o los líderes, o los jóvenes solamente; la iglesia está compuesta por todos. Y todos somos importantes y necesarios para el buen funcionamiento y desarrollo de la congregación.  Aún cuando todos los miembros son importantes, estos (los miembros) son dirigidos por la cabeza (Cristo) quien es el que da las órdenes (la visión).  Si usted es parte (miembro) de una iglesia (cuerpo), entonces súmese a la visión y apoye activamente.  Piensen que en nuestro cuerpo todos los miembros tienen una función (todos hacen algo, o son para algo); así mismo dentro de esta congregación todos tienen un deber (una función): La de Ganar almas para Cristo. El Señor Jesús dijo: “Todo reino dividido contra si mismo es asolado; y una casa dividida contra si misma cae”.  (Lc. 11:17).  Sencillamente tenemos que reaccionar y actuar como lo que somos: un cuerpo.  Aprendamos a apoyarnos en todas las actividades, a amarnos los unos a los otros, a ayudarnos unos a otros, a multiplicarnos, y a trabajar en unidad.  Abandonemos el concepto individualista y adoptemos el de un cuerpo.  Vamos a movernos juntos, gozarnos juntos, llorar juntos, crecer juntos, luchar juntos e ir al cielo juntos.   Haz un discípulo, pon tu casa a disposición de la Iglesia para una célula, participa como un líder o un colaborador y funcionemos como uno. Evite que lo confundan y lo separen del lugar donde Dios lo quiere en el Cuerpo (con invitaciones a asistir a otras iglesias, grupos, conciertos, etc.). Todos necesitamos tener claro donde Dios nos ubicó dentro del cuerpo de Cristo porque entonces podremos funcionar bien y producir frutos.

Dios les bendiga.

Rev. Leonardo Bailey

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