La Eutanasia.

La eutanasia es un tema complejo y divisivo que ha sido el foco de debate durante mucho tiempo. Algunos lo ven como un medio para aliviar el sufrimiento innecesario experimentado por los pacientes terminalmente enfermos, mientras que otros ( entre los cuales me incluyo ) lo consideran un acto de violencia y un intento de usurpar la autoridad Divina. Aunque se ha intentado distinguir y separar los términos «eutanasia» y «suicidio asistido», ambos términos se refieren a la intención de poner fin a la vida de una persona voluntariamente.

Sin embargo, la soberanía de Dios es la verdad convincente que conduce a la conclusión de que Él, se opone a la eutanasia. La muerte física es inevitable, pero sólo Dios tiene control sobre cuándo y cómo muere o debe morir una persona. Job 30:23 “Porque sé que me has llevado a la muerte, y a la casa preparada para todos los vivos”. El Salmo 68:20 dice: “Dios, nuestro Dios, nos salvará, y Jehová el Señor es el que libra de la muerte”.

De acuerdo con Eclesiastés 8:8, “No hay hombre que tenga poder sobre el espíritu para retener el espíritu, ni tiene autoridad sobre el día de la muerte. La muerte debe ser una ocurrencia natural, aunque ocasionalmente Dios permite que el sufrimiento comience mucho antes de la muerte. Aunque el sufrimiento es desagradable o doloroso, esto no justifica asumir que una persona está lista para morir. A menudo, los propósitos de Dios se cumplen a través del sufrimiento de una persona. En los tiempos buenos, disfruta de las cosas buenas, y en los tiempos malos, considera, Dios hizo ambas cosas para que el hombre no sufriera después de él. (Eclesiastés 7:14) Romanos 5:3 enseña que las pruebas dan lugar a la paciencia. Dios se preocupa por aquellos que piden la muerte para poner fin a su sufrimiento. Él le da a la vida un propósito desde el principio hasta el final, y sólo Él sabe lo que es mejor. Incluso con la muerte de uno, en su tiempo es perfecto.


Tanto las leyes pro-aborto, como pro-eutanasia, violan las instrucciones de Dios y niegan el valor de la vida humana. Animan y toman la muerte del ser humano en sus propias manos, mientras que los cristianos estamos seguros de que sólo Dios tiene la autoridad para determinar tanto la vida, como la muerte. Estamos completamente en contra de cualquier práctica que implique tomar la vida de alguien, ya sea mientras está en el vientre de su madre o sufriendo de una enfermedad. En cambio, Dios nos manda a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, prestar atención al sufrimiento de los más indefensos, y consolar a los que están entristecidos. Los cristianos nos oponemos a tomar la vida de un niño mientras está en el vientre de su madre, o la de un enfermo en etapa terminal ya que quien hace tal cosa peca contra Dios. La Biblia dice claramente que: “Jehová mata, y él da vida; Él hace descender al Seol, y hace subir.” 1 Samuel 2:6. Ningún hombre (o mujer) tiene la potestad de quitar una vida, o la suya propia, porque al hacerlo atenta contra su creador, y su Palabra.


Ahora bien, dejamos muy claro que las difíciles consecuencias de una joven madre soltera o el sufrimiento de una persona enferma nos importan y mucho. (Ro 12:15) por lo que oramos por ellos para que Dios les ayude de forma milagrosa. Los Evangelios demuestran que Jesús no fue indiferente al sufrimiento humano. Él sabía entender cuando los enfermos y los heridos clamaban por ayuda, y nos instruyó a hacer lo mismo. (1 Co 11:1).

Rev. Leonardo Bailey

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