Utilizando la voz

Desde el día de pentecostés, hasta hoy, la iglesia de Jesucristo ha sido calificada como: Alborotadora (Hch. 16:20). La pregunta es ¿por qué? Sencillamente porque enseñamos y predicamos en voz alta, pero de manera especial, porque alabamos a Dios con todas nuestras fuerzas.  Desde la antigüedad, el pueblo del Señor (Israel) había aprendido la necesidad de utilizar su voz como un instrumento para:

I- Alabar a Dios: Este término implica exaltar, honrar y glorificar a nuestro Dios.  Se alaba por: a. Alegría, b. Agradecimiento, c. Confianza, d. Humillación, e. Dedicación, f. Fe y g. Voluntad.  Al ser para Dios, la alabanza siempre debe ser en alta y fuerte voz, sin ningún tipo de vergüenza (pena) o temor; y también debe ser en todo tiempo: Alegría o tristeza, salud o enfermedad, abundancia o escaséz, fuerzas o debilidad, etc.  Elevar la voz a Dios y para Dios tiene una connotación tanto en el mundo físico como en el mundo espiritual.  Analicemos algunos ejemplos: 1. “Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos. Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión; y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros. Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz.Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.” (2 Cr. 20:13-20).  Aquí Josafat junto a toda Judá y todos los moradores de Israel, estaban amenazados por un poderoso y numeroso ejército extranjero.  Al parecer estaban en desventaja por lo que decidieron: a. Ayunar y orar: Tanto la oración, como el ayuno son bases importantes para hacer más efectiva la alabanza a Dios.  Este tipo de oración de congregación es absolutamente en voz alta.  b. Adorar a Jehová: Es un acto de humildad, sumisión y entrega al Creador.  c. Alabaron a Dios en alta y fuerte voz: Los levitas que no eran guerreros, sino cantores, fueron puestos delante para cantar a Dios (2 Cr. 20:21-22) y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová confundió a sus enemigos y les dio una grande victoria.  Ellos no se quejaron contra Dios ( por la guerra), sino que alabaron a Dios y obtuvieron una gran victoria.  2. Y cuando los albañiles del templo de Jehová echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas y con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de David rey de Israel. Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová. Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría. Y no podía distinguir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz del lloro; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oía el ruido hasta de lejos.”(Esd. 3:10-13). Aquí observamos la actitud del pueblo de Dios mientras se echaban los cimientos para la construcción del segundo templo.  El pueblo de Israel cantaba en voz alta y alababan a Jehová con júbilo mientras trabajaban.  Lo que sale de la boca del hombre, habla de la condición del hombre.  Porque de la abundancia del corazón habla la boca (Mt. 12:34).  Nuestra voz puede manifestar actitudes positivas y de fe: Alegría, entusiasmo, gozo, júbilo, esperanza; o puede manifestar actitudes negativas (quejas, murmuraciones, lamentaciones o silencio) que generan: Desánimo, fracaso, pérdida, derrota, duda, miedo, etc.  Esto es exactamente lo que ocurrió con Israel cuando se echaban los cimientos del templo: Un grupo de los sacerdotes, levitas, ancianos, y jefes que habían visto el primer templo, alzaron su voz, no para alabar a Dios, manifestar alegría o gozo, sino para desanimar, menospreciar, ridiculizar y anular el trabajo de la construcción del nuevo templo; no obstante los gritos de alegría, alabanza y júbilo lograron apagar los dardos de queja, la murmuración y el desánimo. (Esd. 3:13).  La Biblia dice que el ruido del júbilo se oía hasta de lejos.  Siempre en las iglesias habrá queja, murmuraciones y silencio que pretenda desanimar; siempre habrá alguien que no quiere utilizar su voz para alabar al Señor;  pero también siempre habrá un grupo que a pesar de las dificultades, limitaciones o pruebas, levantarán la voz para alabar al Señor con júbilo y entusiasmo. 3. “Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. Cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo, dijeron: ¿Qué voz de gran júbilo es esta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían: Ha venido Dios al campamento. Y dijeron: ¡Ay de nosotros! pues antes de ahora no fue así. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto”. (1Sam. 4:5-8). En esta ocasión los israelitas y los filisteos están en combate, e Israel cuando supo que el arca de Dios (que simbolizaba la presencia de Dios) había llegado al campamento, por lo que gritó (alzó su voz) con tan gran júbilo, que la tierra tembló.  Cuando el pueblo del Señor alza su voz en alabanza (puede ser un grito), todos nuestros enemigos (demonios, brujos, santeros, satanistas, etc.) tiemblan.  Esto significa que podemos utilizar nuestra voz (en alabanza) para atemorizar a nuestros enemigos.  4. Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó.  El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. 21Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos. (Jos. 6:20-21). Aunque Jericó  estaba cerrada y bien cerrada; Dios usó la voz  de su pueblo para derribar el muro.  La biblia dice que el pueblo gritó con gran griterío y el muro se derrumbó (Jos. 6:20).  Esto nos enseña que podemos utilizar nuestra voz para derribar muros.

Conclusión: Que importante es que utilicemos nuestras voces para alabar al Señor.  Que importante es que usted no calle, sino que alabe en cada culto, que importante es no murmurar, ni quejarnos, sino alabar.  Somos un pueblo pentecostal; es decir, que creemos en el bautismo del Espíritu Santo con la evidencia de hablar en otras lenguas y que alabamos a Dios en alta y fuerte voz.  Utilicemos nuestra voz para alabar al Señor, para atemorizar y vencer a nuestros enemigos, para evitar el negativismo o la derrota y para derrumbar muros.  Aprendamos y obliguémonos a decir en voz alta: Gloria a Dios, Aleluya, Amen, bendito sea el Señor, Santo Dios, Alabado sea el Señor, etc.  No calles más en la congregación y utiliza tu voz para dar testimonio de que somos de Dios y que no nos avergonzamos de Él.  Utilicemos nuestra voz para la gloria, honra y alabanza de Dios.  Al alzar nuestra voz, Dios nos respaldará y nos dará gran victoria.  Que el ruido de nuestra alabanza se escuche en el cielo, pero que también se escuche en la tierra. No olvide que la Biblia dice que: Todo lo que respira, que alabe a Jehová. (Sal. 150.6)

Dios les bendiga.

Rev. Leonardo Bailey

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